Análisis

El petróleo y el gas han sido fuente de energía y motor de desarrollo de la sociedad moderna. En Colombia, de acuerdo con el Plan Energético Nacional 2022-2052, se prevén aumentos del consumo que varían entre el 15 % y el 30% a 2032. Por ello, en medio de la búsqueda de la transición energética justa, que nadie ha definido, el país debe pensar en términos de autosuficiencia energética.
La transición energética nos permitirá sustituir gradualmente algunas de las fuentes de energía. Los cuellos de botella están en la eficiencia mineral y en la eficiencia económica. Los sectores de la economía que generen mayores emisiones de gases y consuman más energía y agua deben coliderar la transición.
En un país con niveles de pobreza superiores al 40%, es indispensable priorizar los temas humanitarios y sociales. Por eso, la transición energética debe priorizar recursos para generar diversificación productiva formal en las regiones, capilaridad en el sistema económico y formalización de las economías locales.

 “En medio de la búsqueda de la transición energética justa, que nadie ha definido, el país debe pensar en términos de autosuficiencia energética.”.

— Frank Pearl, presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas

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