Con pasión por la innovación y la tecnología, Carl W. Handlin busca aprovechar el potencial de la IA para mejorar la vida de las personas y potenciar el crecimiento empresarial.
Bajo su liderazgo, Trully ha revolucionado múltiples sectores de la industria con productos y servicios de IA, desde reconocimiento facial hasta algoritmos de aprendizaje automático avanzado. Handlin se distingue por su enfoque ético y responsable, estableciendo altos estándares éticos y promoviendo la transparencia en el desarrollo de soluciones de IA.
En esta entrevista con Visión Estratégica, compartiremos sus ideas y visión sobre la IA, así como su perspectiva única sobre los desafíos y oportunidades en esta industria en constante evolución.
¿Cómo puede la IA ayudar a las empresas?
“La IA es una colección de herramientas enfocadas en la predicción y la toma de decisiones, transformando información en recursos para facilitar la toma de decisiones. Esta capacidad es una de las principales ventajas de la IA. La industria debe determinar cómo aprovechar estas herramientas para generar un impacto significativo. La frase popular dice: “No perderás tu trabajo por la IA, sino por alguien que la sepa utilizar”, ya que la IA es un conjunto de herramientas que ofrece ventaja competitiva. Estamos en una nueva revolución industrial donde estas herramientas generan cambios importantes en diversos sectores”.
Escuchábamos el CEO de OpenAI decir que es necesaria una regulación a esta industria de IA, ¿qué opina?
“Es importante establecer regulaciones para la IA, al igual que se hacen para los vehículos autónomos. Sin embargo, es evidente que la regulación siempre va rezagada respecto a la tecnología, ya que las leyes se crean después de que se presentan los problemas. A pesar de esto, se están empezando a desarrollar algunos marcos, como el de la OCDE, que propone reglas para el uso ético de la IA, y a partir de ahí pueden derivarse leyes y regulaciones.
El desafío radica en determinar hasta qué punto regular, ya que existe el riesgo de que solo aquellos que ya tienen acceso a la tecnología sean quienes puedan desarrollar o utilizar estos algoritmos. Esto podría llevar a un monopolio o a un desequilibrio de poder entre los actores del ecosistema de la IA. La regulación debe centrarse en frenar los malos usos y mantener un marco ético y legal en el uso de la tecnología”.
Desde Trully vienen apoyando a las empresas en la mitigación de riesgos en el uso de la IA, entre otras tecnologías, ¿cuáles son esos riesgos y cómo mitigarlos?
“Uno de los principales riesgos asociados a los algoritmos contemporáneos de IA es el problema de la “caja negra”. Estos algoritmos son extremadamente complejos y resulta difícil comprender cómo toman decisiones específicas, como identificar posibles fraudes o evaluar la aptitud crediticia de una persona. Esta falta de explicabilidad plantea problemas de discriminación y puede generar consecuencias éticas y tecnológicas para las empresas. Además, cuando los algoritmos fallan, pueden afectar negativamente los modelos de negocio, como ocurrió con el caso de Zillow, una empresa de bienes raíces que confió exclusivamente en un algoritmo y sufrió pérdidas financieras significativas, lo que llevó a la desaparición de un departamento y a la pérdida de empleo para varios profesionales. Además, existe el temor de quedarse atrás (FOMO, fear of missing out) en relación con estas herramientas de IA. Las empresas, sin la suficiente experiencia o capacidad para utilizarlas de manera adecuada, pueden adoptarlas sin una estrategia empresarial sólida, lo que puede resultar contraproducente y generar más problemas que beneficios. Sin embargo, a pesar de estos riesgos, no debemos dejar que sean un impedimento para explorar, comprender y utilizar la IA. Es esencial contar con las herramientas adecuadas y establecer límites claros en su uso. La IA debe estar alineada con los objetivos, los hallazgos, el equipo y los valores éticos de una empresa. Es fundamental reconocer que la IA es simplemente una herramienta y no debe ser la única guía para la toma de decisiones internas”.
Pero, ¿la IA podría ayudar a todas las empresas o solo a algunas que tienen unos procesos que se podrían automatizar?
“Es un dilema similar al clásico problema del huevo o la gallina. Introducir la IA sin un propósito claro puede generar problemas fácilmente. Sin embargo, si se comprende de manera madura dónde encaja y qué problemas puede resolver, su incorporación se convierte en una herramienta para mejorar los procesos. En este sentido, el enfoque se invierte: el problema se vuelve lo más importante y la tecnología se utiliza como una solución para abordarlo. Al entender las necesidades y desafíos existentes, se puede aprovechar la IA de manera efectiva y obtener beneficios significativos. En lugar de introducir la tecnología por el simple hecho de hacerlo, es fundamental adoptar un enfoque estratégico y centrado en resolver problemas reales”.
¿Hoy cuáles son técnicamente los límites de la IA?
“Existe un error común al relacionar la IA con la representación que Hollywood nos ha mostrado: seres autónomos capaces de razonar y tomar decisiones, indistinguibles de los humanos. Sin embargo, estamos lejos de esa realidad. La IA se divide en tres categorías principales: IA débil (o estrecha), IA general (similar a la humana) y superinteligencia (que va más allá de nuestra comprensión). Actualmente, nos encontramos en el primer nivel, la IA débil. Aunque se están realizando investigaciones para desarrollar la IA general, no hay consenso sobre cómo lograrlo ni cuánto tiempo tomará. La realidad es que somos buenos en crear IA especializada en tareas específicas. Por ejemplo, en el caso de ChatGPT, existe un algoritmo altamente competente para predecir la siguiente palabra. Pero estamos lejos de alcanzar una IA que pueda abarcar todas las facetas de la inteligencia humana”.
¿Cómo avanza la incursión de la IA en América Latina?
“En América Latina, la tecnología ha sido ampliamente aceptada. En términos técnicos y académicos, aún nos encontramos rezagados en comparación a otras regiones. Sin embargo, en la aplicación práctica de la tecnología para resolver problemas complejos en la industria, estamos avanzando dentro del ecosistema latinoamericano. Aprovechar los desarrollos académicos y teóricos para abordar desafíos en la región es una oportunidad que hemos sabido aprovechar hasta ahora. Aunque sería deseable un mayor desarrollo en el ámbito académico y teórico, en las circunstancias actuales hemos encontrado un valioso apoyo en la tecnología y IA”.
¿Y qué tan costoso es para una empresa invertir en IA?
“La implementación de IA puede ser costosa, especialmente debido a la escasez de talento en el campo, lo que aumenta los salarios. Sin embargo, la mayoría de los algoritmos están disponibles como código abierto. Además, el acceso a datos ha mejorado, siendo más asequibles y fáciles de almacenar, lo que los convierte en un recurso valioso para aquellos que saben aprovecharlos. Aunque es posible comenzar con recursos limitados, lo más importante es tener un problema relevante para resolver. Con un equipo pequeño y un buen problema, se puede iniciar el camino hacia la implementación de IA”.
¿Cuáles son los perfiles profesionales que se van a ver más afectados por la incursión de la IA?
“No creo que la IA conduzca a una sustitución de los trabajadores, a pesar del temor que existe al respecto. En el pasado, hemos presenciado muchas evoluciones en este sentido y lo que hemos observado es que los trabajos se desplazan. Aquellos trabajos que son más rutinarios y automatizables pueden llegar a desaparecer, de la misma manera en que una calculadora reemplazó los cálculos manuales y luego una computadora hizo lo mismo. Es probable que la IA comience a desplazar aquellos trabajos que involucran tareas básicas sin toma de decisiones significativas. Sin embargo, este cambio no ocurrirá de la noche a la mañana, será un proceso gradual. Es importante recordar que la IA son herramientas, al igual que una calculadora o una hoja de cálculo. Aprovechar su potencial generaría una diferencia en la competitividad de la fuerza laboral. Es posible que no sea la IA en sí la que desplace a las personas, sino más bien aquellas personas como abogados, periodistas, diseñadores industriales o gráficos que sepan utilizar estas herramientas de manera efectiva”.
¿Habrá también unas profesiones y unas habilidades que logren ser más competitivas en el mercado cuando ya tengamos mucha IA?
“Entre los perfiles más valorados en el futuro se encuentran aquellos capaces de tomar decisiones a nivel estratégico y creativo, más que las decisiones cotidianas. Esta revolución será para aquellos que sepan utilizar la tecnología con un propósito, que tengan un plan estratégico para adaptarse, aprovechar y avanzar en sus propias necesidades”.
¿Cuál es el costo-beneficio para una empresa que decide invertir en IA?
“Por lo general, la automatización y el uso de estas tecnologías se buscan para reducir costos, pero el verdadero retorno de inversión se obtiene cuando la IA abre nuevas oportunidades de ingresos. La IA tiene la capacidad de identificar nuevos grupos de personas que aún no han sido abordados por la estrategia comercial, así como recomendar nuevos productos a clientes que consumían en otras categorías”.
¿Qué pasará con las empresas que no inviertan en IA?
“Si una industria ha comenzado a ser impactada por la IA, es crucial que las empresas en ese sector estudien las oportunidades que esta tecnología ofrece. De lo contrario, estarían dando una ventaja a sus competidores. Esto es especialmente relevante en industrias como la banca y las fintech, la tecnología de bienes raíces (proptech), la generación de contenido y los medios digitales, así como en algunas áreas de la manufactura. Es importante que estas empresas ya estén considerando estas posibilidades y tomando medidas al respecto”