En diálogo con Visión Estratégica, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, destapó las cuentas sobre la economía para el próximo año, apostándole a un crecimiento cercano al 2% y una inflación del 5%.

El próximo año será aún más desafiante para la economía colombiana, pues lo más probable es que el Banco de la República empiece a flexibilizar su tasa de interés, lo que sería la prueba de fuego para la inflación, que lleva más de medio año cayendo de forma consistente.
Visión Estratégica habló con el ministro Ricardo Bonilla sobre los principales retos de la economía y los planes del Ejecutivo.
Ministro, ¡cómo vamos a cerrar en materia de crecimiento este año?
«Se preveía que este año íbamos sólo a crecer el 1 %, una previsión bastante negativa, en términos de que es una desaceleración muy fuerte frente al crecimiento de nuestros últimos años. Hoy podemos decir que esa previsión se ha quedado corta y que eventualmente este año podemos terminar en 1,8% o en 2 %.
Obviamente no voy a decir que eso sea la ultratasa del mejor crecimiento, pero lo que sí podemos señalar es que si lo hacemos en esas condiciones vamos a tener uno de los mejores crecimientos de América Latina. Eso significa que ya debimos haber tocado fondo, eso debió ser el segundo trimestre del 2023 y esperamos la recuperación en el segundo semestre, las condiciones están dadas: las obras civiles están en marcha, construcción de vivienda también está en marcha, los recursos existen, el único problema que tenemos es que los constructores son privados, no es el gobierno, el gobierno pone los recursos, por lo tanto es una relación entre ambos, pero todo está dado para que podamos cerrar 1,8 % o 2 % y ya nos toca empezar a revisar la tasa de crecimiento del 2024, que cuando se preveía que este año crecíamos al 1 %, se decía que de 2024 creceríamos al 1,5 %, hoy si vamos a crecer al 1,8 % o 2 % ya tenemos que pensar que el 2024 podemos pasar del 2 %.
Por lo pronto lo que sí es claro es que el país no va a tener una recesión, una cosa es desacelerar la economía y otra cosa que caigamos en una recesión y todavía no hemos tenido un trimestre negativo».
¿Cómo está viendo la inflación en 2024?
«Hay dos factores que van a pesar en el 2024, nosotros esperamos cerrar la brecha de precios de la gasolina este año, a más tardar enero del 2024, todo depende de los cambios que se están dando en el precio del petróleo, porque el petróleo volvió a subir, lo que hace subir el precio internacional de la gasolina, entonces ya la pregunta es cuántos meses nos faltan, pero ya el horizonte está fijo, o cerramos en diciembre, o si nos toca, cerraríamos en enero el de la gasolina. Lo que hemos dicho es que no podemos tocar los dos al tiempo, gasolina y diésel, porque ahí sí presionaríamos fuertemente la inflación.
Pero también necesitamos resolver el tema del diésel, porque la mitad del déficit anual del fondo de estabilización de precios de los combustibles es del diésel, este año solamente por la diferencia de precios del diésel, vamos a tener un déficit de 16 a 17 billones de pesos».
¿Podría pensar uno que el aumento va a ser más gradual de lo que fue el gasolina?
«Podría pensarse en que sea más gradual, pero la gradualidad tiene una dificultad y es que entre más despacio lo hagamos, lo que estaríamos es trasladando en el tiempo ese ajuste, lo que pasa es que no podemos hacer el ajuste de golpe, eso sí está negado.
El segundo efecto va a ser El Niño, pero allí la preocupación más grande está en qué va a pasar con los precios de la energía, porque el precio de bolsa sigue siendo muy alto, entonces este está teniendo implicaciones en el precio al consumidor final».
¿Cómo espera que esté la inflación en el 2024?
«Espero que la tendencia siga, estos dos factores son los que van a tener un impacto negativo, la tendencia es que en el 2024 la inflación debería estar por debajo de 5% o 6%.
Esos dos factores de los que ya hablamos crecimiento e inflación, son parte importante de la discusión en la Junta del Banco de la República.Usted fue muy insistente durante varios meses en que hay que bajar la tasa de interés, porque ya está por encima de la inflación, pero en agosto ya el mensaje era de aguantar otro poquito…
Yo llegué hace 5 meses aquí, el mensaje de entrada fue, ya la inflación comenzó a bajar, llegamos a un límite y ya la tasa de intervención está por encima de la inflación. Eso significa que estamos empezando a tener un margen de maniobra en las tasas de interés. El mensaje inicial fue, todavía es un proceso muy limitado de bajas de la inflación, por ahora estabilicemos la tasa. Eso fue lo que se hizo en junio y hasta ahora se ha mantenido estable.
El mensaje ahora es el país necesita recuperarse, reactivar la economía, porque el objetivo del banco, que fue enfriarla, se cumplió, largamente. El objetivo de enfriarla fue que subió en 18 meses desde 1,75 a 13,25, no estamos pidiendo que baje otra vez a 1,75, pero que en este momento el principal inconveniente para la recuperación económica son las tasas de interés. No solamente las de intervención, la intervención finalmente es una tasa que envía mensajes a la economía, pero no es la que actúa efectivamente. Hoy lo que uno tiene es que si compara las tasas de intervención con las tasas de colocación de los bancos comerciales, hay una brecha muy grande. El mensaje en realidad es bancos comerciales, su negocio es ganar, pero no puede ser ahorcar a los que tienen crédito, es hora de empezar también a que ustedes revisen, tasas, y no solamente las de las tarjetas de crédito, sino las de consumo y mucho más importante, el crédito a la producción, que tengan menores tasas, que también ellos sean parte de la reactivación económica, porque si ellos esperan solo ganar, no sacan nada, terminan ahorcando la producción y acumulando activos de alguien que no puede pagar, y el objetivo de los bancos es acumular activos. El mensaje también es que este año deben empezar a bajar las tasas».
¿Ha calculado de cuánto puede ser esa bajada?
«Si la inflación termina entre 9,2% y 9,8%, uno esperaría que la tasa de intervención pudiera bajar hasta 12%».
¿El incremento del salario mínimo para el próximo año será de dos dígitos?
«Pues es que dos dígitos es diez. En realidad, el país ya tiene una decisión que es de corte constitucional: no se puede incrementar el salario mínimo por debajo de la inflación.
Entonces, si la inflación termina en 9,2% o 9,8%, algo así, ya ese es un punto de piso para ajustar el salario. Y a eso hay que agregarle el factor de productividad, que es una discusión que todos los años se da, usualmente el salario mínimo termina incrementándose por el IPC más uno. Eso nos daría ese punto de dos dígitos. Dos dígitos es 10, no es 20, ni 30, ni cosas por el estilo.
El presupuesto de $502 billones, el más alto de la historia, tiene también históricamente muchos rubros muy altos como educación, defensa, deuda…
El presupuesto es de $502,6 millones. Obviamente está la prioridad en los temas sociales, educación, salud, hay un incremento importante en el tema de integración social, de los subsidios de la renta ciudadana y hay una expectativa de incrementar la inversión. En realidad, si usted mira el proyecto de presupuesto, en el 2024 tiene la inversión más alta que se haya previsto en Colombia. Porque bajo estas condiciones de desaceleración económica, la obligación del Estado es invertir más.
Y entonces, lo que hay es un flujo de recursos para inversión que llega a $99 billones. En donde las apuestas grandes son obras civiles, construcción, la apuesta mayor es garantizar que la política agraria se vaya desarrollando, y en ese sentido, hay recursos tanto para la compra de tierras como para fortalecer actividades productivas. Están dados los recursos para que Finagro y el Banco Agrario contribuyan a financiar proyectos, para que el Ministerio de Agricultura, tanto en el lado de la compra de tierras como en el lado de proyectos productivos, trabaje hacia la recuperación, que tengamos mayor facilidad en la compra de cosechas, y que propiciemos la renovación de cultivos permanentes».
¿El presupuesto del 2024 es consistente con la regla fiscal?
«No vamos a romper la regla fiscal. En términos reales, lo que hicimos en el presupuesto fue tratar de balancear el pago de la deuda con la inversión. Si hubiéramos seguido con el proceso, deberíamos estar pagando en el 2024 $105 billones en deuda, habría sido el pago más alto de la historia. Lo que finalmente concertamos fue bajarle $10 billones, mandarlos hacia adelante y ponerlos en inversión. ¿Qué quiere decir esto? Que lo que no paguemos de deuda en el 2024, la destinamos a proyectos productivos que generen recursos adicionales que nos permitan darle sostenibilidad al pago de la deuda.
En términos reales, la regla fiscal de lo que depende es de cómo le damos sostenibilidad al pago de la deuda y la deuda se puede pagar si lo que se invierte genera recursos adicionales. Ahí está el secreto.
Esa inversión estará bien focalizada e n obras civiles, vivienda, infraestructura educativa, infraestructura de salud, agricultura y reindustrialización. Pero, ¿qué pasa con la deuda? Que en lugar de pagar $105 billones, vamos a pagar 95. Pero 95 sigue siendo el pago más grande que hemos hecho en la historia, y estamos cumpliendo y honrando los compromisos con el FMI».
¿Qué tan viable es que usted pueda pedir al FMI que haya una extensión del pago de la deuda?
«Técnicamente sí, pero no queremos hacerlo, porque es que el FMI es prácticamente un prestamista de última instancia, que usan los países en problemas.
¿Ustedes tienen bien calculada la viabilidad financiera de las reformas?
«Es difícil preverlas, pero hay que ser racionales con los cálculos del costo fiscal. La reforma pensional tiene hoy dos problemas: el primero es que hoy hacemos una reforma pero que el país tiene que entender que dentro de un plazo de 20, 25 o 28 años tendrá que hacer otra reforma, las reformas no son permanentes; y el segundo problema es el costo fiscal, lo que se estima es que el costo de lo que el Estado pone se reduce potencialmente hasta el 2070. Pero significa que en algún momento hay que hacer otra reforma porque el beneficio de la reforma se va diluyendo en el tiempo, y entonces el costo en los últimos años es alto».
¿Cuál es el plan de choque contracíclico que tiene el Gobierno?
«La reactivación económica evidentemente va hacia esos sectores que tienen impacto de corto plazo. Y el sector que tradicionalmente genera más impacto de corto plazo es la construcción, porque es capaz de generar 200.000, 300.000 puestos de trabajo rápidamente; pero así mismo, como los crea, desaparecen.
Tenemos la apuesta de obras civiles, de construcción de vivienda, y de otro tipo de infraestructura, como colegios, sedes universitarias, sedes hospitalarias, centros de salud. Todo está ligado a las mismas reformas que están planteadas, que contribuyen a fortalecer este tipo de actividad en el corto plazo. Estamos mirando un problema serio, y es que la mayor dificultad que hoy se está teniendo es el cierre financiero.
Estamos examinando realmente para qué sirve una figura que ya lleva varios años, que se llama Grupo Bicentenario, en donde están las bancas de desarrollo, eso que se ha hecho hasta ahora es solamente un esqueleto de algo que podría ser interesante, porque queremos sacar adelante tres estrategias con ellos: que apalanquen el crédito a la economía popular, que financien obras de construcción y de infraestructura, que sean el soporte para la transición energética en términos de cómo financiar programas de dotación de energía solar y eólica».

Leonardo Villar, gerente del Banco de la República, dijo recientemente que el Emisor está haciendo todos los esfuerzos desde la política monetaria para que Colombia llegue en 2024 a la meta de la inflación, que es el 3%. Por lo que podría inferirse que el ajuste gradual de la tasa de interés sería más lento mientras se corrige completamente el aumento de los precios.
“Habrá un momento en que las tasas de interés se puedan bajar en la medida en que las perspectivas de cumplir la meta del año entrante se vayan consolidando”