Crecer al 2%, el gran reto de 2024

Crecer al 2%, el gran reto de 2024.
juanqr
juanqr@elcolombiano.com.co

El año que viene se cumplirá el cuatrienio de la pandemia de covid-19 que afectó significativamente el ritmo económico de Colombia y provocó comportamientos anormales, para lo bueno y lo malo. En 2020 el PIB cayó 7,3%, el peor desempeño de nuestra historia, mientras que en 2022 creció un llamativo 7,5% y para muchos se desbordó la capacidad productiva.

Pero las cosas empiezan a normalizarse. Luego del tímido 1% al que crecería la economía este año, organismos internacionales estiman que si bien la desaceleración continuará en 2024, se puede pensar en que retomará su ritmo normal de a poco y podría crecer hasta 2%.

Esta última es la perspectiva del Banco Mundial, que tiene las mayores expectativas sobre el país, por lo menos dentro de las previsiones que organismos especializados lanzaron a mediados de este año. En cualquier caso, el dato se ubicaría entre 1,5% y 2%, quedando a mitad de camino del 3% que quienes son “biblias” en el tema dicen que es el promedio en el que debería estar Colombia.

Curiosamente el más recatado parece ser el Ministerio de Hacienda, que en su Marco Fiscal de Mediano Plazo develó que el PIB se expandiría a un ritmo de 1,5% el año que viene; mientras tanto, la Ocde le está apostando a un 1,8%; y el Fondo Monetario Internacional al 1,9%.

Para la Ocde, el descenso de los precios y de las tasas de interés del Banco de la República mejorarán la demanda interna. Así mismo, “se prevé que el empleo mantenga una relativa resiliencia, dado que las empresas se han mostrado prudentes a la hora de recomponer sus plantillas tras la pandemia”.

Eso sí, el organismo advierte que el aumento de la incertidumbre mundial, o incluso de la incertidumbre local en materia de políticas podrían afectar negativamente la demanda y, sobre todo, la inversión privada. Así mismo, ve con interés las reformas a salud, pensiones o trabajo, pero cree que son insuficientes para atajar la informalidad y que, si se aplican, debe ser cuidadosamente, garantizando la sostenibilidad fiscal.

Para los investigadores económicos de Bancolombia, en resumen se espera que la actividad económica “empiece a repuntar paulatinamente, de modo que el crecimiento trimestral gane tracción conforme el 2024 avanza y las tasas de interés se reducen”.

Así, la economía colombiana apunta a continuar su regreso gradual a niveles “saludables”, lejos de los anormales registros de la pandemia, y en los meses y semanas que quedan del 2023 ocurrirán hechos trascendentales para lo que se avecina, como el trámite final de las reformas, el presupuesto aprobado para 2024 o el desempeño de sectores que vienen rezagados como la infraestructura.

En el frente fiscal

Ahora bien, en el panorama fiscal para 2024 el Gobierno proyecta un aumento del déficit a 4,5% del PIB, desde el 4,3% de este año. “Si bien se espera un aumento del déficit fiscal frente a 2023, ello se debe exclusivamente a un incremento en el gasto en intereses que resultaría de las mayores necesidades de financiamiento de 2023 y 2024, y de las adversas condiciones de mercado”, se lee en el Marco Fiscal.

Al respecto, el centro de estudios económicos Anif ha venido advirtiendo de un “desproporcionado incremento” del gasto primario (desembolsos sin tener en cuenta intereses, comisiones y otros asociados a la deuda) para el 2024, que pondría en riesgo la estabilidad fiscal del país.

“Como mencionamos los ingresos no están en sintonía con la capacidad de gestión de la dirección de impuestos y crear gasto inflexible sin una fuente de ingresos permanente solo aumentaría nuestras necesidades de financiamiento”, expresó el centro especializado.

Misma preocupación tienen los expertos del Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf), quienes recordaron que el Gobierno estima aumentar el recaudo a través de una mayor gestión de la Dian sustentada en el aumento del personal de la entidad en 10.000 funcionarios; la expedición del régimen sancionatorio; o el mayor control a la omisión de activos o declaraciones incompletas.

Para el Carf, programar gasto estructural con recursos de gestión de la Dian en el corto plazo es arriesgado, pues es incierto si las 10.000 plazas para fortalecerla se podrán llenar en los tiempos requeridos, y además hay ingresos no estructurales y de naturaleza incierta (arbitramento de litigios) con los que se están haciendo cuentas para el próximo año.

Gobierno se compromete

Con estos retos a la vista el Gobierno ha reiterado a lo largo de este año un mensaje de responsabilidad macroeconómica y fiscal. Según el viceministro de Hacienda y Crédito Público, Diego Guevara, en el corto plazo se espera que la economía colombiana atraviese un proceso de ajuste macroeconómico para después mostrar una recuperación gradual.

“Uno de los retos más grandes ha sido el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), pero hemos respondido con responsabilidad, todavía con cautela con el diésel, para no impactar la inflación”, dijo Guevara durante un foro organizado por Anif.

Dicho sea de paso, el Gobierno estima que el próximo año el hueco fiscal del polémico FEPC cambiaría radicalmente, en el sentido que podría haber un superávit para la gasolina, y una reducción importante en la brecha provocada por los precios del diésel, a raíz de los incrementos de este último que están próximos a comenzar, buscando dejar en cero el déficit mencionado para 2025.

Lo que no es muy claro es cómo el reciente aumento del precio internacional del crudo puede pegarle a esa política de nivelación de precios, porque la inflación ni aguantaría tanto

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