La Calificadora de Riesgo dejó su visión sobre los principales desafíos que tendría la economía del país de cara a 2024

En los retos que ve la calificadora S&P para Colombia, del mismo modo que Fitch Ratings y S&P, destacan el panorama político por las reformas tanto pensionales y de la salud que fueron aprobadas en el primer semestre de este año. Pero también tiene un ojo en la reforma laboral que se volvió a presentar en la nueva legislatura.
Para la agencia, hay un alto grado de incertidumbre sobre las posibles reformas propuestas por el Gobierno en turno. Desde su punto de vista, la incertidumbre política en los últimos años ha tenido un impacto negativo en la inversión privada, lo cual reduce el crecimiento económico, presente y futuro. También incrementa la prima de riesgo demandada por inversionistas, encareciendo el costo de crédito y, por consecuencia, resultando en un costo financiero más alto para el gobierno central.
El segundo punto que le preocupa a la agencia S&P es el comportamiento de la inflación en Colombia que si bien ha venido cediendo consecutivamente por varios meses aún se encuentra en cifra de dos dígitos y parece que se encamina a ese rumbo para el cierre de año.
“Una inflación que se mantiene muy por encima del objetivo del banco central y retos relacionados con el crecimiento en principales economías globales (Estados Unidos/China). Estos desafíos van a resultar en un crecimiento del PIB muy por debajo del potencial en Colombia en 2023 y 2024”, explicó Elijah Oliveros, jefe economista de Latam en S&P.
A su vez, señaló que el proceso desinflacionario no solo en Colombia si no en diferentes países ha sido relativamente lento. Esto ha tenido que ver con el comportamiento de las importaciones, el ajuste de los bienes energéticos, el Fenómeno de El Niño, entre otros.
En este sentido, también se resalta que el país deberá continuar frente al agregado de Latinoamérica afrontando condiciones financieras globales restrictivas, la demanda débil de socios comerciales clave, incertidumbre por los conflictos geopolíticos y problemas relacionados con las tasas e inflación en Estados Unidos y Europa, y un deterioro en la demanda interna.
“Esto complicaría el proceso que se espera en los próximos meses de reducción de tasas de interés, con implicaciones negativas para el crecimiento económico en el país”, agregó.
Del mismo modo, S&P reveló a Visión Estratégica las perspectivas que tiene para el crecimiento económico de Colombia tanto para el cierre de año como para el próximo.
“Nosotros pronosticamos un crecimiento de 1,4 % para el 2023 y 2 % para el 2024. Vemos los riesgos relativamente balanceados. La combinación de tasas de interés altas e inflación elevada, van a continuar sesgando a la baja la demanda interna. Un crecimiento global más moderado en los próximos trimestres va a resultar en menor demanda de exportaciones colombianas”, agregó Oliveros.
A su vez, señaló que cuando la economía opera por debajo de su potencial tiende a impactar otros rubros macroeconómicos importantes como el desempleo.
¿Y la calificación de Colombia?
Desde la actualización que entregó la entidad en el mes de enero de este año sobre la calificación de riesgo de Colombia, la cual mantuvo estable en BB+, esta no se ha renovado. Ante dicha situación, S&P señaló que actualmente se mantiene la posibilidad de cambiarla, pero no es claro el pronóstico.
La agencia tiene una perspectiva estable sobre la calificación de riesgo soberano de Colombia, lo que significa que la probabilidad de cambiar la calificación es igual en ambos sentidos; es decir, en este momento considera la misma probabilidad para subir o bajar la calificación de Colombia.
Por ello, S&P espera una amplia continuidad en las políticas fiscales, monetarias y económicas que promueven el crecimiento a medida que la administración del presidente Gustavo Petro implementa sus ambiciosas reformas sociales.
Los ingresos adicionales, incluidos los derivados de la actual reforma tributaria, se prevé que ayudarán a reducir los déficits fiscales al mismo tiempo que financian nuevo gasto social.
Al referirse a la perspectiva estable, S&P indica que el ajuste fiscal y el crecimiento económico durante los próximos dos o tres años deberían estabilizar la deuda neta del gobierno justo por debajo del 60 % del Producto Interno Bruto (PIB).
Así mismo, se reducirían los grandes déficits recientes de la cuenta corriente.
S&P concluye que las calificaciones de Colombia se basan en su democracia e instituciones políticas estables, que han sostenido políticas económicas previsibles durante muchos años, a pesar de varios shocks