Uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta la humanidad es la crisis climática y alimentaria, un objetivo al que apunta la multinacional Yara.

Los alimentos que se consumen hoy en el mundo son responsables de aproximadamente el 25% de las emisiones mundiales de carbono, y la mayor parte de este porcentaje corresponde al sector agrícola, una preocupación para Yara, una de las multinacionales europeas con mayor impacto en Colombia.
El foco de la compañía de origen noruego para 2024 en el país es materializar su proyecto de descarbonización de la planta en Cartagena, donde se ha realizado una inversión cercana a los US$11,7 millones para que todos los procesos industriales tengan un impacto medioambiental bajo.
Además, se ha desarrollado e instalado tecnología de reducción catalítica de N2O en las plantas de ácido nítrico, que es el precursor en la fabricación de fertilizantes complejos como NPK, nitrato de calcio y soluciones nitrogenadas, permitiendo la reducción de emisiones de óxido nitroso a la atmósfera en alrededor de un 90% en dicho proceso.
El resultado de estas implementaciones es que los fertilizantes de Yara fabricados en el país tengan una reducción del 65% en la huella de carbono a puerta de fábrica. Estos fertilizantes bajos en carbono y que son fabricados en Colombia se convierten sin duda en una herramienta de gestión valiosa para los agricultores colombianos, contribuyendo a potenciar la prosperidad del sector y mejorará sustancialmente el perfil ambiental de los productos agrícolas en beneficio de todos los agricultores tanto en la producción interna cómo en los productos de exportación.
Un ejemplo de ello es que, por medio del programa de investigación de la compañía, se ha evidenciado que gracias a esta tecnología se podría reducir en promedio en un 17% las emisiones en la producción de café a puerta de finca. Esto equivale a disminuir aproximadamente 216 kg de CO2 Eq por cada tonelada de café pergamino seco producida.

Andrés Useche, director región andina de Yara
«Pensemos por un momento ¿Cómo alimentar a 9.000 millones de personas al 2050 que tienen condiciones y necesidades distintas? ¿Cómo alimentaremos a los 62 millones de colombianos que se calculan seremos para el año 2050? ¿Cómo abastecer a esta misma población de alimentos básicos? ¿Cómo asegurar que en cada mesa haya un plato de comida digno que sea balanceado nutricionalmente? Todo esto junto al gran reto de seguir contribuyendo en atender uno de los ODS más urgentes; el hambre cero.
Para ello, la respuesta y el camino elegido por Yara está marcado desde su ambición, que va más allá de un simple compromiso, se trata de Cultivar un Futuro Alimentario Positivo para la Naturaleza. Y dirían: ¿Eso qué es? Nada lejano a lo que el mundo pide hoy; tiene que ver con acciones concretas en neutralidad climática, en entender y trabajar sobre la agricultura regenerativa y, definitivamente, en un componente amplio: la prosperidad.
Para lograrlo se necesita el compromiso con todos los actores de la cadena; un liderazgo audaz y colaborativo que permita fluidez, coordinación y apalancamiento para lograr un impacto positivo en lo que tenga que ver con la transformación de la cadena alimentaria. Además, de seguir trabajando de la mano con los agricultores para que adopten unas mejores prácticas agrícolas».