
2023 fue el año en el que se reconfiguró nuestra industria. La Guerra en Europa llevó el precio del combustible para avión a máximos históricos. A ello se sumó el fortalecimiento del dólar y la subida de la inflación a dos dígitos en mercados como Colombia. Aquí también se sumó el regreso del IVA al 19% a tiquetes y la reforma tributaria que incluyó varios impuestos a la aviación comercial. Un coctel explosivo que para una industria que, aunque no parezca, es frágil y de márgenes limitados, como la nuestra resultó determinante.
Como resultado, dos jugadores del mercado en Colombia dejaron de volar a tan solo meses de haber iniciado el año: Viva, Ultra y más recientemente la regional San Germán. Menos jugadores, menos aviones, menos empleos, menos conectividad para el país y también para sus regiones requirió que nos remangáramos para estabilizar el mercado. En Avianca, pusimos más aviones, más sillas, protegimos usuarios y trajimos más gente para aportar a esa estabilización. Cerca de nosotros, en América Latina, también cerraron sus alas Aeromar en México, Amazonas en Bolivia y más recientemente Equair en Ecuador.
Hoy, cuando estamos ad portas de cerrar el 2023, arrancar una temporada alta histórica en términos de capacidad y con ello darle la bienvenida al 2024, hay que ver de dónde venimos, pero también listar lo que deberían ser nuestra prioridad como industria en adelante.
- Aumento de capacidad de El Dorado y cómo cuidamos a nuestros usuarios:
El Dorado es el corazón de la conectividad aérea de Colombia. Si El Dorado funciona bien, todo el ecosistema aéreo en las regiones funciona bien. Teniendo como base el diagnóstico del Estudio de Capacidad liderado por la IATA y las recomendaciones que éste entregó para aumentar las operaciones de manera sostenible, confiamos en que la Aerocivil implementará las mejoras para el corto y mediano plazo.
Solo así se garantizará que el aumento de capacidad en Bogotá y la potencial congestión por la alta afluencia de viajeros no impacten el servicio que reciben los usuarios del transporte aéreo, y por el contrario se garantice que la prestación del servicio sea estable y eficiente, en favor de los pasajeros y de la conectividad del país.
- Más y mejor conectividad de las regiones:
Pensar en una Colombia como eje del turismo y el turismo sostenible pasa por tener regiones más y mejor conectadas para que: 1) en el contexto de una infraestructura diversa y retadora, millones de turistas puedan conocer la riqueza de todos los rincones de Colombia conectando en poco tiempo vía aérea con regiones que muchas veces son inaccesibles por tierra y 2) también nosotros los colombianos podamos conectar desde estos territorios fácilmente con Bogotá y otras ciudades del país, pero también con otros destinos de América Latina y por qué no del mundo.
Para que esto ocurra la infraestructura aeroportuaria debe ser prioridad de nuestro sector. En ciudades clave para la conectividad aérea, el turismo y los negocios como Medellín, Cali, Cartagena, San Andrés, Villavicencio, Armenia o Cúcuta es fundamental avanzar para garantizar que la conectividad aérea sea un vehículo que potencie estos destinos como ejes de desarrollo de nuestro país.
Pero no solo se trata de Medellín, Cartagena o San Andrés. También hay que pensar como industria dónde más necesitan nuestros aviones. En Avianca llevamos décadas conectando a Villavicencio, a Ibagué, a Valledupar, y a hoy seguimos volando solo nosotros. También Leticia, Popayán, Riohacha e Ipiales, donde solo un par de nosotros operamos, merecen más conectividad y la mirada de nuestros competidores.
- Recuperar la demanda en el mercado local:
Las más recientes cifras publicadas por la Aerocivil dan buenas noticias del mercado internacional, que entre enero y julio creció 27% y da luces de que estamos más y mejor conectados con el mundo. Sin embargo, el movimiento de pasajeros en las rutas domésticas durante los mismos meses devela un reto inmenso. La caída fue de 12% versus el mismo periodo de 2022.
Esto significa que, para el siguiente año nuestra prioridad debe y tiene que ser recuperar la demanda en nuestro mercado local, en nuestra Colombia del encanto. La llegada de más aviones y más sillas es el primer paso, pero sin duda, tiene que estar acompañado de precios más competitivos, y esto se traduce en revisar a fondo la carga de impuestos y tasas que hoy pesa alrededor de 30%, al tiempo que como aerolíneas seguimos haciendo la tarea de ser más costo-eficientes para trasladar esto al cliente.
De nuestro lado, acá estamos y acá seguimos. Avianca es Colombia.